domingo, 16 de enero de 2011

¿La felicidad?

Publicado por Cronopios


Tras percatarme de la existencia de esos esqueléticos seres descarnados convertidos en montañas de huesos andantes que no tenían fuerza ni para soltar un sonido, comencé a llorar con una honda angustia que difícilmente podría llegar a olvidar ni aunque pasaran cien años, ni siquiera lo olvidaría tras mi muerte.
Uno de aquellos individuos se me acercó frenético con un rechinar de dientes como si intentara decirme algo, se dirigió hacia lo que yo llamaría cocina que era únicamente un montículo de arena apilada con dos “cuencos de madera” cogió un largo hueso con algunos restos de tejido muscular y comenzó a morderlo desesperadamente engullendo la parte superior del mismo con unos crujidos estremecedores…

            La tremenda claridad de los rayos del Sol me hizo abrir los ojos, había estado soñando, recuperé la conciencia de donde estaba, me encontraba cerca de una enorme región selvática en Kenia, tumbado en una esterilla en el suelo de lo que sus habitantes llamaban poblado, yo más bien lo llamaría miseria, me giré y miré hacia el horizonte, en un berrocal se encontraba una mujer, por llamarla de laguna manera, con lo que parecía un bebé en brazos, fui hacia ella y le pregunte que estaba haciendo allí, lo que me respondió se clavó agudamente en mi corazón como si una fría maza de hierro derrumbara todo lo que yo hasta entonces había creído y la concepción de mi mundo particular se llenó de un aliento a cripta que me abría las carnes:

-Estoy feliz, me dijo la pobre desgraciada con una sonrisa en los labios mirando al hijo que yacía inerte entre sus brazos.
-¿Feliz?, ¿Por qué?
-Porque ya está aquí, ¡ya viene!, ¿no la notas?....
-¿A quién he de notar pobre infeliz?- Le pregunté absorto.
- A la muerte, ya oigo su rechinar de dientes...- una  lágrima se derramó por su mejilla y calló desplomada a mis pies ante el abrasador Sol de mediodía.

            Mi corazón ya no pudo resistir aquella nauseabunda impresión y salí corriendo hacia el precipicio con intención de acabar con mi vida, entonces recordé las palabras que de sus negros y secos labios salían como un chorro de agua sin control, ella murió feliz, feliz de que llegara la hora de su muerte, en ese instante comprendí lo que ella había querido decir con esas palabras, estaba feliz porque su sufrimiento estaba a punto de terminar. Bonita paradoja la que ante mi se presento en mi viaje a Kenia y bonita forma de morir la que tuvo aquella mujer, o al menos pudo morir como muchos desearían, ella murió feliz…

domingo, 2 de enero de 2011

¡FELIZ 2011!

Publicado por Cronopios

Cronopios os desea a todos un año fantástico y lleno de cosas curiosas, muchos descubrimientos y ante todo muchas metas que cumplir.

Desde todos los que hacemos CRONOPIOS un fuerte abrazo y FELIZ 2011.